¿NO LE TIENES MIEDO A NADA? EL MISTERIO DE AMPARO DÁVILA



“Es inútil resistirse podríamos haber dado mil vueltas y llegar siempre al punto de partida…
”Amparo Dávila"

Hablar de Amparo Dávila implica hacer mención de una de las mujeres más ilustres que ha dado el Estado de Zacatecas,  con su importante trascendencia en el ámbito de la Literatura Mexicana, al grado de escribirse cartas de manera nutrida con uno de los más grandes de la literatura Argentina y Universal como Julio Cortázar.

Me es triste que en clases de literatura cuando trabajo un cuento nombrado “El huésped”, basado en un ser aterrador que llega atormentar a una mujer, los pasajes evocan a un pueblo tranquilo, silencioso, donde se desarrolla la historia, ni con estos datos mis alumnos aciertan a decir que se trata de Pinos.

Pero todavía me causa un sentimiento encontrado en plena Plaza Bicentenario en el corazón del Estado; se encuentra una sala de lectura con su nombre, incluso pude ver varios ejemplares de sus poemas y de sus cuentos.

En  Pinos es una mujer poco conocida sino fuera por una pequeña placa informativo de su nacimiento en una casa en el centro, donde paso parte de su niñez, ahora propiedad de una de las familias más acaudaladas del pueblo. Eso es todo, uno que otro escuálido documento que se puede rescatar en el archivo municipal, es contrastante su poca difusión de una obra importantísima como el cuento fantástico que la coloca en una de las mejores cuentistas a nivel nacional.

Incluso un libro en la Biblioteca Juvenil Ilustrada de Beatriz Espejo titulado “Traer a cuento”  en la página 42; ella ocupa un lugar especial. Lo anexo si gustas profundizar más en el tema. De igual manera en uno de los programas de la Otra Aventura destaca su trabajo como cuentista.

Muchos elogios más que merecidos a su obra, de la cual se pueden decir muchas cosas pero en este Blog a manera de homenaje trabajaremos con sus cuentos; un ejemplar donde podrás leer la compilación completa que va desde tiempo destrozado (1959) hasta arboles petrificados (1977)

Que ha dejado en mi ¿Amparo Dávila?, la respuesta es vacunarme contra todo tipo de miedo, películas de terror le quedan cortas, es adentrarse a un mundo fantástico, una atmósfera que encierra un terror a lo desconocido, asfixiante que invade tu cuerpo, que no puedes gritar,  lo peor de todo; esa pesadilla no finaliza hasta que finalmente estas atrapado peor que una mosca en una telaraña y esta se aproxima sin piedad para aniquilarte.

Por ello como escritor principiante que no sigue reglas si estilos; compuse una historia. Es muy complicado aprender de una  maestra como Amparo Dávila, leer cuatro de sus libros para que se me pegará algo de su manera de componer; fue una verdadera osadía, por ello te presento una serie de pasos que debes seguir para poder contagiarte e intentes homenajeando, escribiendo un texto con tintes AmparoDaviliescos, con esto podrás obtener el derecho de leer esa fascinante Antología con sus mejores cuentos.

1.-Experimenta sentimientos contradictorios ante la muerte, la enfermedad, el misterio de lo que no tiene explicaciones.

2.-Hagas lo que hagas una condena pesa sobre ti pareciera que ese fino cuchillo y de poco filo corta tu tranquilidad cotidiana lenta pero tenazmente.

3.-La aparente calma se rompe cuando los protagonistas sucumben ante la adversidad.

4.-No te apegues a un estilo o modas literarias, saca tu miedo de lo más profundo, un ejemplo: estas en un funeral y miras a tu alrededor todos hablan de él, por más que te empeñas no te das cuenta de quién es, pero es tanta tu incertidumbre, curiosidad y empiezas a golpear para ver finalmente un rostro pálido maltrecho, tu rostro.

5.-Volver enemigos criaturas amistosas: perros y gatos, se distorsionan se vuelven tus adversarios invencibles, aterradores…

6.-Utiliza temas inusitados, el silencio, lo no dicho, escenario opresivos donde tus criaturas se muevan.

7.-Tip básico: Diseña un desenlace que casi nunca se imagina.

8.-Rescata algunos rasgos fúnebres o tenebrosos del lugar donde vives: paisajes desolados, ruinas antiguas, casonas viejas, calles empedradas, etcétera.

9.-No temas sacar tus peores miedos que al final de cuentas no hay regreso la desgracia esta sobre tu cabeza, sobre tu espalda.

10.-Vuelve aspectos cotidianos en fantásticos, una bola de cebo, un nopal en noche oscura, una lechuza en la madrugada, un ruido extraño por la noche, el aullar de los perros que indican desgracias, etcétera.

Adelante este Blog tú lo engrandeces con tu participación.

RÚBRICA PARA GUIAR TU CUENTO NO NECESARIAMENTE TODOS LOS ASPECTOS DEL CONTENIDO CONSIDERA CUALES TOMARAS EN CUENTA, ORTOGRAFÍA Y ORGANIZACIÓN A FUERZAS.



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UNA DE LAS MEJORES CUENTISTAS DEL PAÍS ORGULLO 100% PINENSE.





IMPERDIBLE: LA OTRA AVENTURA: ESCRITORAS, CHEQUEN A PARTIR DEL MÍNUTO 3:30.
FRASES COMO:

"Retratar infiernos cotidianos con una maestría fuera de serie"

"Seres fantasmales para reforzar la realidad"




AMPARODAVILESCOS

Adentrase en el mundo de Amparo Dávila leer sus cuentos, poemas una y otra vez, un estilo tan peculiar,te motiva a que escribas tus propios textos a partir de sus enseñanzas, por eso se le puede nombrar "maestra", aunque no este en un salón de clases. Si existen los fans de Stephen King porque unos admirados ferviente no se atrevan a escribir sus propios textos bajo su influencia y que nos tachen de "Amparodavilescos" el cuento que presento a continuación es del Maestro: Efrain Baez Gallegos, si te interesa; dejo la dirección de su pagina web; para que puedas leer otros de sus cuentos o poemas de su autoría, más adelante conoceremos su obra a fondo en una entrada especial del Blog de Liteaaprende.

Da doble clic a la liga, para ver el material completo en su Página Web.


CATALEPSIA

La noche estaba tranquila, la luna llena iluminaba tanto que asemejaba un sol nocturno. En  tiempo de verano en esas tierras, los cerros que rodean el rancho, no permiten haya ni una pequeña brisa que refresque el bochornoso ambiente, por ello a veces se siente como un verdadero infierno. Ya era bastante tarde quizá las diez o las once, sin embargo, a nuestros personajes, un trío de maestros que comenzaban a trabajar en esa comunidad Arturo, Gustavo y José, se les había hecho tarde tras la pinchadura de una llanta más otro sinnúmero de circunstancias que no vienen al caso.

Ya casi por llegar a la comunidad existe un conjunto de álamos a orillas del camino y unos metros atrás, un puente que cruza un arroyo, el cual casi no suele llevar una corriente violenta, pues el rio antes de llegar al puente se bifurca.

Ahí por infortunio hicieron un alto por cuestiones digamos fisiológicas aquellos tres trabajadores. Uno de ellos, Arturo, se fue bajo del puente y luego de un par de minutos, con la curiosidad que le caracterizaba siempre, le habla a los otros dos, pues quería mostrarles un bulto que había encontrado, y que según él, a la luz de la luna, asemejaba un cuerpo humano, los tres coincidieron en la forma que dibujaba la silueta, sin embargo, Arturo siguió moviendo aquí y allá hasta que grito:
 ---- ¡si es!----
---- ¿si es qué?, dijo Gustavo, mientras que a José le invadía el pánico dando un par de pasos atrás.
Fueron a percatarse y efectivamente, parecía una mujer.

Los profesores inmediatamente pensaron en buscar alguien a quien comunicarle, en esos momentos, a lo lejos, por a la entrada de la comunidad vieron a alguien con una lámpara que caminaba en su dirección, decidieron esperarlo.

Cuando llegó se presentaron como los nuevos maestros de la escuela y le mostraron lo que habían encontrado, él les confirmó que se trataba de Margara la hermana menor que estaban buscando esa noche.

Ella durante muchos años atesoro bienes entre propiedades, construcciones viejas y animales, era una de las mujeres más ricas del pueblo de Cieneguilla; había recibido la herencia de su padre, un hacendado que tenía cientos de hectáreas de terreno que habían pasado de generación a generación desde tiempo Porfiriano y amasó una gran fortuna a lo largo de su vida,  este dinero paso a manos de Margara Medina quien como se puede deducir no era la única hija.

De la familia Medina eran tres hijos y dos hijas de las cuales Margara era la menor, no obstante, era la consentida; a ella dejó la mayor parte de la herencia por lo que la indignación del resto de los hermanos surgió rápidamente. Sin embargo, nuestros personajes no lo sabían.

Pues bien, luego de minutos llegaron los otros hermanos que “la buscaban por los montes con linterna” percatándose de lo que acontecía. Mientras tanto Arturo pensaba en ciertos detalles, primero, era extraño  que estuviera ahí y no en el fondo de alguna presa o más lejos, si el rio llevaba agua suficiente para que ella se ahogara, entonces la corriente era fuerte, el cuerpo debería estar más lejos. Lo comento a los hermanos, a lo que respondieron que quizá había tratado de cruzar y en ese momento le dio  un ataque (epiléptico),--¿Cómo, entonces sufría epilepsia? Preguntó--, a lo que le respondieron que sí. Por esa razón salieron a buscarla, --no debieron dejarla sola-- replicó Arturo--.

La llevaron a casa y los tres profesores los acompañaron; en el camino Arturo le surgió una nueva inquietud,  era un caso muy raro pero los epilépticos pueden perder  toda la movilidad voluntaria de su cuerpo  y aunque las funciones circulatorias, respiratorias y digestivas continúan, pueden disminuir hasta hacerse imperceptibles, a tal grado que, puede desaparecer hasta la sensibilidad al dolor o al calor; es algo que se parece a la muerte, por lo que comúnmente se les puede prejuzgar que están muertos, pero con pruebas rutinarias sencillas se puede determinar este estado nervioso (catalepsia). Arturo comentó a los otros dos esta situación, por lo que comenzaron a pensar que podrían hace para comprobar su hipótesis.

Luego de unos minutos se pusieron de acuerdo y pidieron una vela a los hermanos, la encendieron y la pusieron frente a la boca del cuerpo, su idea era que si estaba viva la llama de la vela se movería, errónea o no su idea, querían hacer lo posible para determinar si realmente estaba muerta, hecho el primer experimento, determinaron que aunque ligero aun tenia aliento; también pensaron en que si estaba viva le saldría sangre si se le hacía una pequeña herida, pues imaginaban que si estaba muerta  no saldría por la coagulación; mientras tanto los hermanos solo observaban y se veían unos a los otros, aunque sí tenían idea del porque lo hacían, sin embargo, obedecían a todas sus peticiones.

Cuando terminaron les dijeron a los familiares que Doña Margara estaba viva, se trataba de la catalepsia era cuestión de tiempo para que despertara, después de explicarles todo aquellos tres hombres se retiraron, no sin antes preguntar quién tendría las llaves de la escuela, pues ahí se quedarían esa noche.

Lo que no sabían aquellos tres era que fueron los mismos hermanos quienes la llevaron hasta el arroyo y la lanzaron por el puente, sabían que estaba viva, pues ya alguien les había hablado de la catalepsia, sin embargo, esperaban que se ahogara y luego decir que había tratado de cruzar y le dio un ataque epiléptico en el momento y se había  ahogado, quedándose con la posibilidad de repartir la herencia, sin embargo, después de unos momentos de que la arrojaron llegaron nuestros tres personajes.

A la noche siguiente ya les habían conseguido una de las casas de la comunidad por lo que pidieron algunos de los estudiantes que les ayudaran a instalarse y en la vuelta que dieron a la escuela por los muebles, los tres vieron a Doña Margara que les decía adiós con una gran sonrisa. Comentaban lo gratificante de salvar la vida de alguien, se sentían muy orgullosos de sí mismos.

--¿a quién salvaron? --uno de los alumnos preguntó-
A lo que respondieron con la historia del día anterior, los muchachos se extrañaron mucho y palidecieron en el momento de que les dijeron que hacía unos momentos la habían visto en la calle; los jóvenes les contaron a los maestros que de la familia Medina ya no quedaba nadie vivo,
 --¿Cómo?, Pregunto Arturo—
Continuaron…
--Cuentan que a Doña Margara, la habían enterrado viva sus propios hermanos
--¿Pero si la acabamos de ver?-- Dijo Gustavo--.

Los jóvenes continuaron --dicen que alguien escuchó  arañar la caja de la señora cuando la sepultaron, después de varias semanas, misteriosamente comenzaron a morir uno a uno;  la gente cree que todos estaban vivos al sepultarse, pues todos presentaban algo que no era común en un muerto, sudor, lagrimas, etc. sin embargo, así se sepultaron todos--.
 Los profesores escuchaban paralizados de terror, los muchachos finalizaron.
 --De eso ya hace ocho años--.

DEL AUTOR ANGEL ROCHA. LES COMPARTO LA PARTE PRIMERA DE MI CUENTO EN HOMENAJE AMPARO DÁVILA.

¿NO LE TIENES MIEDO A NADA?

La historia que comenzamos juntos un día; se escribe en cada paso que damos. Más nos une en un viaje  infinito que ninguno sabia en que terminaría.

“Podríamos haber dado mil vueltas y llegar siempre al punto de partida…”Amparo Dávila

PRELUDIO
Dentro de la música habitual para calmar más el miedo que los nervios; aquella que no permite que los pensamientos se aprensen y vernos en un ataúd metálico de cuatro  llantas que no sabemos cuándo quede reducido a chatarra; en polvo, en nada…

Eran dos una por su lado ingenua no sabía que todo viaje que se inicia tiene un final pero durante el transcurso a la llegada no nos espera más que un alargue, un tic tac interno que nos dicta las horas y los minutos esperando que llegue ese punto culminante de una historia, de una vida, el suyo sin duda era vestir de blanco por aquello de los usos y costumbres, él era su elegido no conocía mucho más que lo necesario dentro de su lista de cualidades: primero no ser borracho, segundo expresivo que pudiera llorar y verle y lo más importante profesionista.

Sin importar que esto último fuera casi un vendedor de feria de un lugar a otro, esta no sería la acepción llegar a un lugar nuevo muy lejano, peligroso en ese momento recordaba los consejos de su madre: esa carrera es sufrida ni te metas, y como quien  atiza al fuego agua para apagarlo lo  aviva la mamá no hizo más que hablar mal del prometido, del no sabes si está casado o dejado, si tiene hijos, si su familia es católica…

Ella no escucho, con pocos meses de noviazgo y tras demostrarle que él era capaz de dar la vida por ella yéndola a visitar a cuatro horas de su lugar de trabajo, ella supo que debería de jugársela acompañarlo; que serían dos que luchan contra el mundo y sus vicisitudes, no lo dudo que ese hombre sería el indicado lo decían sus palabras, sus regalos, sus caricias: estaba enamorada, envuelta en un halo de ilusiones que permite ver el mundo de una manera diferente: optimista, idealista.

Estaban en esa camioneta ella esperando llegar a su segunda comunidad en quince días, que tipo de trabajo era ese llegar y moverte a tapar agujeros cada vez más grandes y difíciles de cubrir pero porque no se habían inmutado ante su nueva comisión después de ver aquel pobre diablo de persona la manera en que lo dejaron, traumado, mudo, ensimismado, ella sabía que la gente de ese lugar era mala pero a él no le importaba, pareciera que le daban boleto para su casa con un salario completo; no las babas a  medias que apenas le alcanzaba para ahorrar,  se inmutaba en lo mínimo parecía que iba a un paraíso y no a un lugar donde todo giraba en torno al sufrimiento, la desesperación, la muerte.

Que tendría aquel hombre que se preocupaba más por las piedras picudas y no tener que bajarse a cambiar las llantas que por la lechuza o pajarraco que cruzo, ella sabía que era de mal agüero y más si se cruzaba sobre tu espejo, sobre tu vida, el murmullo del viento como queriendo cobrar voz y decirle; susurrarle un mensaje aterrador del cual ella por más que cerraba los ojos escuchaba como chocaba contra el vidrio y terminaba, no lo entendía si era un mensaje, una súplica o un advertencia.
-Ya llegamos, falta mucho- falta poco pero ya llevamos casi la noche entera se me ha hecho eterno, no nos engañaron no te equivocaste de camino, no mujer que no entiendes que los caminos son como flechas no he sentido que me desvié pero se tienen que ver luces, estoy seguro que aparecerán en un momento-

Aquel viaje en la oscuridad con las luces y un tablero sin santos a quien encomendarse hacia que la noche fuera un manto que cubría todo pero las sombras al lado de los faros tomaban formas caprichosas y no de cosas infantiles que llevamos a la mente asociadas a lo maligno, unos cuernos de demonio, un bulto humano, una nariz de zanahoria de la bruja, no  las formas que él veía eran más desagradables pero la luz las mutilaba y se concentraba en el camino tosco pedregoso, el azaroso capaz de decidir si quería  acompañante esa noche, en aquel desierto desolado.

Esa noche no corrían con esa suerte que explotaría los nervios de algunos de los tripulantes irremediablemente los obligaría a ver el abismo, la cara de la noche con sus enigmas y máscaras por descubrir, él le daba igual no se inmutaba, lo veía de reojo concentrado no causaba mayor impresión el camino que llegaría a un fin y él parecía sabía cuál sería su desenlace.

Una luces hicieron que recuperara el ánimo y ver a una chispa minina en una oscuridad abundante era una esperanza y avanzaron pero no era allí, una casita era como un oasis en el desierto, un indicativo de seguir;  un bocado que satisface  la hambre, lo reencaminaron no faltaba mucho,  la noche se entercaba en hacer valer su poder de expansión como el día orgulloso cubre resquicio con la claridad su contraparte se empeñaba en hacer valer su papel de igual.

La luna estaba perdida tapada tal vez por una montaña o nube caprichosa empañada en no permitir que su luz opacará la  oscuridad tan densa simplemente estaba extraviada  y hoy en ese lugar no emergería quien no se ha preguntado esos trasnochados que nos empeñamos en ver la luna y por más que se busque no aparece por ningún lado, piensen racionalmente es un astro extremadamente pequeña comparada con la inmensidad del universo que no puede una noche sin querer perderse en esa maldita inmensidad.

Llegaron y lo recibieron el señor parecía el espantapájaros de Mago de Oz versión mexicana, si los indios sacan sus refritos por qué no tener la nuestra, pero el pasto seco del gorro, su olor a cabra provenían de su trabajo era: chivero y por cierto un hombre bueno ya que no cualquiera mete a dos extraños en su casa les da un té de menta para los nervios y el sueño;  los acomoda en cuarto de visitas no preparado para recibir a nadie ese día.

Los visitantes entran, ella llora, le reclama que debe de estar infestado de arañas y ella les tenía fobia salen a relucir sus miedos; el ser picada, hincharse como globo, una gran inyección entrando por sus delicadas sentaderas, se restregaba la cobija olorosa de aquí en adelante todo estaría relacionado con las chivas ya que para ellos eran una bendición; caminaban sin parar comían de todo que fuera verde, rasposo, con espinas, su estómago tenía más que ácido para deshacer todo como embutidora, su leche les permitía hacer quesos, cuajadas, nacían la carne más perfecta llamados cabritos, la piel los mejores zapatos, pero alguien quien no está acostumbrada, ante sus gritos creería que son niños o almas en pena sus gritos en la noche.

Estaban acostados,  el llanto no se detenía como una fuga de agua emerge saliendo sin remedio  cubriendo las mantas olorosas que hacían que se mezclara con la humedad y se convirtieran en estiércol, él rogaba porque paraba pero esa bola sin forma que miro al entrar y apagar la poca luz que provenía del patio, era el origen de lo desconocido, si era una cabeza de algo, ya no importaba porque en caso de serlo no causaba mayor rasgo de peligro, estaba muerta.

Ella insistía en que ellos pudieran ser  los ladrones, asesinos, sino porque estaba aquello colgado, en esos momentos en que el pensamiento es atrapado por los miedos y el llanto hace que salga el temor en dosis descomunales del cuerpo, que hacían como el creyente que lleva flores al templo pidiendo el milagro, ella rogaba por el día y salir de ese lugar o mínimo que su pareja se parara averiguar pero argumentaba tener la espalda destrozada por el viaje, entre sollozos quedo dormida, sólo escuchaba el murmullo diciendo mañana te llevo a tu casa, no sé qué les invento a tus padres.

En eso como un chicle se desprende  del suelo, el hilo hilvanado de tranquilidad se deshizo, se paró y salió su protector, su escudo, en eso sintió que entraba un espectro y se anidaba debajo de la cama; sintió se presencia, pudiera ser algo pequeño capaz de incomodar de roer el sueño, atacar en el momento inesperado, este se puso a bromear -no hay cavidades pero eso si huele feo y maldita sea se me impregno en las manos parece un cebo así que ahora te aguantas vamos acabar jediondos ahora si no vamos a poder dormir-

-Busca debajo de la cama, algo entro, ya deja a un lado tus nervios, susto el que me lleve afuera estaba orinando en ello algo bufo y se levantó con un enorme hocico devorador y qué crees qué era uuuuuuuuuu, el diablo que viene esta noche por nosotros por ser valientes de más; que va, era una marrana inmensa amarrada que protesto por querer darle un baño tan temprano de no ser por un perro que movían su cola me pierdo al regresar al cuarto-

-La mano métela abajo si te crees tan valiente, sabes que las colas de las ratas me dan repulsión pero deja veo, grrrrr creo que le apreté algo y salió corriendo pudo haber sido un gato que reclama su hogar, una ardilla asesina o un zorrillo jubilado por qué no ves que no apesto, pero si te asusto, mira te estas riendo de la desgracia ajena, ya estas mejor, se me hace que se me acabaron las lágrimas, debes dejarlas para cuando muera o para algo importante no por estas pequeñeces, anda duérmete, son cercas de las tres, como sabes, tengo bien medido el tiempo de noche, además estoy descansando muy a gusto, mira el calor mitigo el olor, se me hace que la nariz se me acostumbro al olor eso es todo ya vez uno se acostumbra a todo no vamos a bajar nada, y si ya no está la camioneta, quien se la lleva para que quieren mugreros mañana salimos temprano de regreso a tu casa. Duerme.

MUDANZAS
Por: Maestra Diana Andrade Sandoval

Las casas como los objetos tienen su historia y van cambiando de dueño conforme pasa el tiempo sin parar, cada persona va dejando una huella que es indeleble en algunos casos no lo he de negar, esto lo puedes comprobar, si vas a un pueblo muy grande, pero con pocos habitantes llamado Estancia de Animas, en donde las calles son sombrías, antiguas, descuidadas y difíciles de olvidar, pues si pasas por una capilla abandonada por la noche ten cuidado en caso de que escuches a los muertos rezar, es la señal de que te querrán llevar y si este obstáculo logras pasar, al cruzar el arroyo donde una noria esta con un frio penetrante y con la llorona de  esa comunidad te has de topar y si en una casa te has de hospedar, no te debes asustar pues los difuntos nunca dejan de molestar.

Nuestra historia comienza con una maestra que llego a ese extraño lugar y a quien a donde quiera que iba le pasaban cosas fuera de lo sobrenatural, pues en la secundaria de esa localidad le había tocado trabajar, sin saber si quiera lo que el destino le tenía preparado, así pues el tiempo paso y aquella profesora procreo dos hijas, con un indio de plata que se robó su corazón, aquel extraño don que la maestra tenía se lo heredo a su segunda hija llamada Pachito y cuando esta tuvo uso de razón comenzó a asustarle lo que vivía.

Todo comenzó cuando tenía 5 años cuando su familia se mudó a una propiedad muy grande y con árboles frondosos, pues había mudanzas constantemente debido a que a su madre siempre decía que regresaría a su tierra natal una vez que pudiera jubilarse. Un día encontrándose la pequeña Pachito jugando con sus muñecas en el zaguán de aquella antigua propiedad escucho un silbido penetrante, como aquel silbido del tren que se va alejando y se mete en tu alma dejando una huella imborrable, cuando la niña reacciono fue a contarle a su madre, pero esta la ignoro pensando que se trataba de su imaginación, a la noche siguiente, la mamá de Pachito entro a la habitación muy asustada dándole la razón a su hija pues ella también escucho aquel tenebroso silbido cuando iba camino al baño, por lo que le pidió a su esposo buscar otro hogar en donde ya no los fueran asustar.

Así pues al día siguiente empacaron todo y se trasladaron a otra vivienda que al igual que la anterior también era inmensa, pero se veía menos tenebrosa, al atardecer Pachito estaba buscando a su padre, cuando de repente sintió que alguien la estaba viendo, cuando volteo vio a un bulto que parecía ser un hombre, pero después de unos minutos desapareció , por fin encontró a su padre, pero no le pudo contar lo sucedido, pues en eso su hermana llego diciéndole exaltada que habían tocado en su ventana, así pues el padre decidió buscar nuevamente otra vivienda para su familia y se encontró con la novedad de que un señor estaba buscando quien cuidara su casa pues se iba a ir a vivir a Estados Unidos con su familia, así que lo busco y el señor le dijo al padre de Pachito que cuanto antes se mudara a su propiedad mejor.

La familia volvió a empacar y la hermana mayor de Pachito estaba muy molesta por la nueva mudanza, cuando llegaron a la nueva propiedad, Pachito se sorprendió pues esta casa tenía un aspecto sombrío y se veía aún más terrorífica que las dos últimas casas, al fin llego la noche y todos cansados de desempacar decidieron descansar, apenas apagaron la luz cuando se comenzaron a escuchar varios ruidos a la vez, sonaba como si varias personas estuvieran clavando un clavo al mismo tiempo, todos se asustaron bastante pero Pachito era la más afectada pues sudaba frio por el miedo que corría por sus venas.

A pesar de que la noche fue un tormento, aquel indio de plata le dijo a su familia que ya no habría más mudanzas, así pues comenzó el calvario para Pachito quien desde que llego hasta los 9 años comenzó a ver a una mujer rondando por las habitaciones de aquella extraña casa, engañándola pues adquiría la forma de su madre, después vio a unos niños que se paseaban por la sala en la obscuridad y se desvanecían al dirigirse a la chimenea, al principio no le daba miedo pero conforme fue pasando el tiempo y creciendo estas cosas le asustaban cada vez más, pues ocurrían varios fenómenos que no eran normales, sus padres peleaban por cualquier cosa y su hermana siempre estaba de un humor insoportable, hasta que un día su amigo el seminarista Chon le dijo a sus padres que lo mejor era rezar pues ahí había energía negativa.


Así desde que la familia empezó a rezar se calmaron los golpes, pero en una ocasión se escuchó un golpe que venía debajo del piso y pero esto no detuvo, rezo Pachito vio algo que le impacto un ser enojado y después desapareció, ella no le dijo a sus padres para no asustarlos como en muchas ocasiones, hasta que comenzó a tener unas pesadillas horribles, pues había algo que la inmovilizaba, un bulto que le hablaba pero ella no entendía y que al despertar la dejaba muy débil, así sufrió esto por vario tiempo hasta que llego el día en que su madre la maestra se jubiló, lo cual provoco que la familia decidiera irse y cuando ya iban saliendo de la calle aquella vecina que siempre estaba observando la calle por su ventana se reía y al mismo tiempo lloraba diciendo adiós y esa fue la historia de una niña que vivía en su  propia imaginación.






                






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  1. Cuento "un novio de ultratumba" producciones de alumnos. Rubí de primer grado.

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